jueves, 25 de abril de 2019

SOFÍA KOVALÉVSKAYA.

Mujer matemática.

Vivió su infancia en Palibino, Bielorrusia. Amaba desde niña la lectura y la poesía. A los 13 años empezó a mostrar muy buenas cualidades por el álgebra. Su padre decidió interrumpir las clases de matemáticas de su hija, porque le horrorizaban las mujeres sabias. Aún así, Sofía siguió estudiando por su cuenta con libros de álgebra. Un profesor descubrió las facultades de Sofía y habló con su padre para recomendarle que facilitara los estudios de su hija. Al cabo de varios años, su padre accedió, y Sofía comenzó a tomar clases particulares. Al mismo tiempo que estudiaba, comenzaba su trabajo de doctorado. Escribió 3 tesis; 2 sobre temas de matemáticas y 1 de astronomía. Más tarde el primero de estos trabajos apareció en una publicación matemática  a la que contribuían las mentes más privilegiadas. Sofía pudo trabajar a prueba durante 1 año en la Universidad de Estocolmo. Durante este tiempo, Sofía escribió el más importante de sus trabajos, que resolvía alguno de los problemas al que matemáticos famosos habían dedicado grandes esfuerzos para resolverlos.
Murió a los 41 años, de gripe y neumonía. Entre sus trabajos figuran: ´Sobre la teoría de las ecuaciones diferenciales´, que aparece en el Journal de Crelle, y, ´Sobre la rotación de un cuerpo sólido alrededor de un punto fijo´ por el cual obtuvo un importante premio otorgado por la Academia de Ciencias de Francis, en París, en 1988.

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